1950- DOMINGO DE NORMALISTAS de GONZALITO.
de Aristides Ureña Ramos, el Domingo, 05 de junio de 2011 a las 19:12
Y ESTE QUE AQUI PUBLICO ES OTRO DE ESOS EJEMPLOS...corrian los años 1950 y era desde el profundo Panamà, Santiago.
DESDE MI TOLDA PROVINCIAL
Por MANUEL CELESTINO GONZALEZ
DOMINGO DE NORMALISTAS
Hay un rumor de colmena en nuestro parque Central. Nueve de la mañ ana. Son las flores del domingo con plumaje de palomas. Fiesta de juventud que no ha probado el dolor. Las normalistas pasean sus banderas de ilusiones. Pero pasa este periodista para alegrarse la vista, y es má s denso el rumor... Me detengo y las complazco.
Quieren ustedes discursos... Discurso de Gonzalito que sabe a revolución. Ahí les va una guirnalda de ensueños y de cariño:Yo quiero ser jardinero del jardín de la Normal, para vivir detenido por Gracias primaverales: y soñar... soñar... y soñar... sin que me quiebren el sueño... . Mi cabeza atormentada sobre una alfombra de flores: negras, blancas y morenas y de todos los colores.
Para mi no hay flores feas; todas tienen su encanto. Y el don del Jardinero es encontrarles la gracia, para que luzcan divinas! ... a la luz de la mañana.Las blancas, como la aurora. Las negras, como la noche, las morenas picantes, como este sol dominguero. La aurora tiene celajes, la noche tiene luceros. Y el sol está repartido en dos pupilas brillantes, de las morenas quemantes como brasas de candela.
¿Cuáles son las que yo quiero?... Yo las quiero a todas juntas como semillas fecundas de una república nueva! ...Esto no es prosa ni es verso; es agua del manantial de mi triste corazón, que se quiere reventar por un amor colectivo.
Y va marchando sinrumbo como un pájaro perdido bajo el cielo de la patria, sin encontrar un hogar y sin saber que es un nido.Es verdad que estoy perdido y no me puedo encontrar. Encuentro a los demás. Y no me encuentro a mí mismo. Pues quiero seguir perdido en esta bella pradera que surge como quimera: con mú sica de sonrisas y resplandores de estrellas... Y con curvas provocadoras como á nforas peligrosas de antiguas samaritanas, que cambiaron con Jesucristo el agua de sus deseos - que no apagaba la sed -, por su palabra de amor, que acababa con el dolor; porque tenía vida eterna...
!Pero yo no quiero para las almas de estas samaritanos vida eterna sin carne, sino carne con vida y vida con alegría; porque yo soy un pagano que me he fugado de Atenas con los antiguos arcanos. Y só lo adoro a las diosas convertidas en mujeres: en Arte maravilloso! De soles en las pupilas y de carne siempre ardiendo con llamaradas de sangre! Y se fueron las normalistas escondiendo sus rubores bajo unos manteles blancos... Y yo quedé en el desierto de una inmensa soledad, como un antiguo eremita que ha despertado de un sueño
Santiago, jueves 12 de enero de 1950
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