jueves, 30 de enero de 2014

Aristides Ureña Ramos LAS ORIGINES DE VERAGUAS-

Aristides Ureña Ramos

-LAS ORIGINES DE VERAGUAS-

de ARISTIDES UREÑA RAMOS

  Santiago de Veraguas

1979-1981
(tercer cuento)

Aristides Ureña Ramos
Convento Santa maria del Jesus 
 
Sevilla 1698.
       Convento de Santa María de Jesús. Recibe en forma silencioso, con la sobriedad necesaria al caso, el fruto de la “tragedia”, producida del amor clandestino, entre una novicia y un servidor ambos hospedados en el vecino Convento de  Espíritu Santo, ambos indios y procedentes de la misma región de origen. De aquellas tierras lejanas conquistadas en nombre de Santa María la Antigua del Darién.
 
Fue parto de gemelos, el de María De Otugri, quien devota aprendiz a los servicios y doctrinas  del Convento  Espíritu Santo. Llegada apenas de 17 años (1684) al Convento sevillano, donde encontró Herminio del Carmen, misterioso indio guaimí procedente de las tierras adentro del Ducado de Veraguas deportado en forma forjada a la ciudad de Sevilla, a solo 20 años de edad (1667) del cual se comentaba:
 
- “…..proveniente de tierras de Las Minas, Romances y Concepción y conocedor (por ser de descendiente indio-americano) de antiguos procedimiento en el trabajo y el acabado en Oro”-
 
Siendo (ambos) originarios de la misma región, presumiblemente, hablando la misma lengua, consuman bajo la inexperiencia de las joven edad, “Amor clandestino” dentro del Convento Sevillano.
 
 El gesto inocente trajo como consecuencia fatal, el cambio repentino del destino de ambas personas, como la ruptura de parte del Clero en la programación del doctrinado y la absoluta discrecionalidad en divulgar los hechos, cubriendo con un velo de silencio lo acontecido. María a la crónica muere en el parto de las dos gemelas y de Herminio se desconoce desde ese entonces su paradero.
 
   Las dos gemelas de Padres Guaimí, serán celosamente y discretamente educada en el Convento SANTA MARIA DE JESUS….y así fue que Clarissa y Francisca fueron  llamadas, en memoria y honor del orden religioso que las acogerá.
 
  Clarisa, imberbe comienza a demostrar dote artísticas y perspicaz manualidad, mientras Francisca, meno dotada físicamente, demostraba ser tímida y apartadas….ambas poseían en común las gracias de los buenos modos y una sutil fantasía. Y es así que vienen orientadas desde pequeñas (10 años) a la practicas de las Artes, y del Culto al Sacro.

 
Aristides Ureña Ramos 


 Francisca, desde pequeña viene llamada “LA MISTICA” por sus extraños poderes clarividentes, como también saltaba a la atención de los demás un tono de voz muy infantil, cosa que le procuraba continua timidez, en cambio su hermana gemela Clarissa, venia muchas veces confundida por varón, vista su soporte a la fatiga y al duro trabajo que le eran necesario e la realización de esculturas y tallados en madera.
 Pasión al cual dedicaban mucho tiempo con extraordinarios resultados, por estos motivos las Superioras mandan ambas al mejor laboratorio de Arte de Sevilla.
 
   Fue en las manos de Cristóbal de Guadix y del laboratorio familiar de Pedro Duque Cornejo y Roldán donde afinan las técnicas de Ensamblado de retablos y realización de tallas y escultura, así las dos hermanas crecen en la práctica del oficio artístico y la educación religiosa.
 
Se desconoce los motivos que llevaron a Francisca y Clarissa  a regresar a la región de origen de sus padres.
De hecho estas llegan e forma silenciosa y sin dejar huella alguna, de los pasajes de su llegada y es así que las encontramos, para los años 1719 en el pueblo de indios de San Francisco de la Montaña a solo 22 años.
Aristides Ureña Ramos  
San Francisco de la Montaña 1715.

 

      Llega al pueblo de indio, el joven Fraile Doménico Santiago de Villareal de edad 28 años, educado en el colegio monástico de San Gregorio de Valladolid -directo descendiente de Alonso Villareal- educado en los Oficios de la Construcción y las Artes.

 

Extraña misión de cumplir para esté fraile, que dejará un verdadero misterio detrás de su llegada como los verdaderos motivos  de su llegada en tierra veragüense.

 

Pero se apuntaba poseedor de algunas hojas apergaminas perteneciente al primer testamento (1502) de Cristóbal Colon, donde se daban disposición sobre algunas “cosas de realizar” en el Ducado de Veraguas.

 

También a este misionero fue dada cobertura, como a las gemelas. De INVISIBILIDAD histórica y no memoria escrita a póstumo.

 

 

Tercer cuento

 

EL CUENTO DE “las orígenes de VERDES-Aguas”.

 

 

Finca “La Caleta” embocadura del rio San Pedro-Montijo.

Una ligera llovizna había caído, en la tardecita, refrescando la coluria que azotaba el   mortificado el día...ya la obscuridad, como manto misterioso arropando la montaña se dirigía hacia el mar y las brisas  salineras combatía con las yamas de la guarichas en una danza mortal.

Allá dentro de la Casa Grande, las Lámparas dibujaban, a través de las grandes ventanas las deformes sombras de peones extendido, sentados, acostados al reposo en el piso.

Ellos estaban en la espera de la llegada del GRANDE momento, del evento principal......al llegar la noche los peones se colocaban en una grande ronda, creadas por ellos mismo, donde cuentos, guarapo y bailes quitaban las ultimas señales de cansancio de la fatigosa jornada.

 

ARISTIDES UREÑA RAMOS
 

   Moviéndome, a paso corto y lento, desde atrás de la cocina, por orden de mi abuela, llevo  sin hacer derramar, una vieja lata, llena a mitad de una especie de agua negra, su hedor es penetrante a dulce amargo, inconfundible olor de tabaco.  Era la “Escupidera” de mi abuela.
 Hoy el honor era mío, y como, sacristana en procesión, me apresto a poner al centro de la ronda la lata, este será el señal  que llamará a recogerse en torno a toda la peonada.
 
  Noche, adentro mi abuela no se hace esperar, entra dentro la ronda, tabaco en boca, bajo el ritmo del pujador, inicia sus lentos movimientos interrumpidos por los espasmos....y con voz de niña proveniente quien sabe de dónde, comienza a decir:
 
--“Yo Francisca, que en ti vivo, que en ti espero os pido escuchéis mi relato que como a promesa, fiel mantengo a desmesurado Amor, donde razón no siente, castigos resuelven.”--

 
ARISTIDES UREÑA RAMOS

  La infantil voz, era dulce y moduladas por pausas, eso producía momentos de silencios llenos de tensión y en uno de estos silencios, mi abuela se solevaba del suelo y a cuerpo fijo suspendido en el aire, teniendo los brazos apretados al cuerpo, distendía los antebrazos, abría las manos a manera de acogimiento y continuaba a hablar con voz de niña, poseída por FRANCISCA:
 
--“Entrando a caballo, por la vía larga, en este pueblo de Indios San Francisco de la Montaña, a vista no se veía anima alguna, más que algunos cuantos empeñados en quehaceres cotidiana, pero nos confortaba, la idea que debida la hora de nuestra llegada, en plena tarde, los hogareños(aldeanos) no retardarían en aparecer.
 
  Notamos, al extremo del llano, que al lado de un edificio en restructuración, se encontraban algunos indios descargando madera y piedra. Y al acercarnos a estos, pudimos notar que se trataba de una Capilla, con la feliz sensación de haber llegado a destinación.
Como de hecho del grupo sale, con gran sonrisa dibujada en boca, un Sacerdote que con amable modo, nos indica de seguirlo a la Casa de la Curial.
 Sobresalía entre los indios, que con fervor empeño continuaban su faena, un joven de tez blanca, cabello negros, que con gallarda postura dirigía, con en mano algunos Planos, la confuso cantera.
 
La capilla tenía un techo cubierto a mitad y se entreveían trabajos de entalles en madera, como también, en las afueras debajo de unas tiendas algunas piedras esbozadas de caprichosos diseños.
 
  Después de tomar poseso de nuestras habitaciones y arreglarnos “a modo”, fuimos llamados a la cena de presentación.
 
  Allí, estaba el cura encargado de la capilla, mi hermana Sor Clarissa, el estupendo joven de tez blanca y cabellos negro director de los trabajo de la Capilla llamado Fray Santiago Villareal misionero dominico y yo.
 Fue así que inicio, desde esta Cena, la aventura que dividió nuestra alma y procuró destino fatal a nuestra vida.
 
Con locuaz pasión, Fray Santiago explica el proyecto de dotar a la región de una Capilla solida donde ejercer el culto y cumplir la tarea de adoctrinamiento...Clarissa, como también yo, fuimos atraída en forma vertiginosa de los modos y capacidad persuasiva del fraile, tal vez fue aquí que dentro de mi surgió la rivalidad con mi hermana en atraer la atención de Fray Santiago.

 
Aristides Ureña Ramos

Fueron meses inolvidable, donde el duro trabajo en “La Fabrica de la Capilla De San Francisco de la Montaña”.
Aristides Ureña Ramos 
 
De enseñamiento a los paisanos de los quehaceres del Arte, del amor por  catequizar, como también, el aprender la  lengua de nuestros padres, que el tiempo pasó velozmente, éramos como, tres almas en una sola.
Comprendí que este equilibro estaba por romperse, cuando Fray Santiago, empeñado, junto a Clarissa (como sucedía a menudo) en la Pila del Baptisterio y en la parte inferior del Altar Mayor.
Aristides Ureña Ramos 
 
pidiéndole a Clarissa, que ejecute un retablo, y que dicho retablo fuera enteramente de mano suya.
 
 Aristides Ureña Ramos

De colocar al lado derecho del Altar Mayor y que fuese el retablo de la PASION....y fue a través de la realización de este, que Clarissa en su confuso ardor, trasmitió día a día, su sufrimiento, a través de las gubias, su  ingenuo amor pasional, sus prohibidos deseos de amor carnal y agonía de su profunda fe religiosa.
 
 Y Fray Santiago vivía la misma apasionada euforia...Mis noches pasaron a la dedicación de penitencias y plegarias al Señor, rogando que tal imprudente aventura llegara a su final.
 En tanto Clarissa, en sus escapadas nocturna, junto a Fray Santiago, jugaban con el sutil cordón que a veces une, la razón a la pasión.........Y así, ocurrió que, como siempre sucede, las cosas bellas, duran poco, como poco duro el clandestino amor y la escondida historia llega a descubrirse. El secreto amor fue descubierto.
 
Los días que siguieron fueron días de interminables incertezas, de  angustiosas  espera y precaria seguridad.
  Clarissa, estaba por terminar su altar, Fray Santiago había regresado del Obispado de Panamá, donde habían sido llamados para, “consultar su caso” y se encontraba, tanto  él, como Clarissa y de consecuencia yo, esperando la decisión de las autoridades eclesiástica.
 
En tanto pasaban los meses....Clarisa realiza dos mesas de altar, una para el altar de la Pasión
Aristides Ureña Ramos 
 
 y la otra, no sé el motivo de su realización,  con la imagen de el Arcángel San Miguel,
Aristides Ureña Ramos 
 que  llevaba  una balanza en mano izquierda (para pesar los pecados) y, en la derecha, una espada (en señal de castigo), a sus pies yace, vencido, el diablo y debajo las almas en la espera del juicio final.
 
Fray Santiago al ver esta talla, sonriente  feliz, llamando Clarissa con el apodo de LA ROLDANA Veragüense, debido a que dicha   pieza recuerda la realizada por Luisa Roldan, esta fue la última vez que vi reír a mi hermana y Fray Santiago.
 
Aristides Ureña Ramos
 
En tanto, yo esculpí la pieza del” HIJO”, para el Baptisterio,  con las semblanzas de Fray Santiago, dejando humilde huella  de mis pecaminosos escondidos deseos.

 
Aristides Ureña Ramos


 
 Yo Francisca en común acuerdo con mi hermana gemela, quedo aquí en la bellísimas tierras de VERDES Aguas, para dar testimonio, de su grandeza....y para pedir perdón por nuestro gesto final, no consueto a nuestra fe católica, pero en línea con la tradición del triangulo protector...que a través del misterio, vive y tramite su propia identidad”.
 
 Se cuenta que la solución a este problema fue conducido, con extrema discreción y prudencia. A las dos Gemelas fue impuesta la decisión de regresar lo más rápido posible a un Convento de clausura en Sevilla, donde serian “Juzgadas por sus Comportamiento”, en vez para Fray Santiago Villareal, la decisión de abandonar perentoriamente el suelo del Ducado de Veraguas hacia una destinación ignota.
 
Pero…. en verdad ninguna de estas “condenas” fue aceptada por los protagonistas.

 

Francisca habló a su hermana, de un antiguo leyenda Guaimí, que hablaba de dos estupendas Aves de montaña, tenidas en cautividad y que para obtener su libertad, se habían ahogado en el cercano rio del poblado, creando las dos hoyas existente en el lugar llamado “El Salto” de San Francisco.
ARISTIDES UREÑA RAMOS

 

Se dice que las dos mueren suicidas, en esas dos hoyas y que sus cuerpos nunca fueron encontrados. Aunque si en verdad es que, al ahogarse las dos hermanas, sus cuerpos se trasformaron en dos hermosas Aves y que Francisca trasformada en ave,
Aristides Ureña Ramos
 
 regresó a la Capilla y se colocó, como columna de soporte, bajo el Sagrado PULPITO, donde serenamente, a través de su sacrificio, recuerda a los creyente la fe y la disciplina de sumisión de un buen católico.
Aristides Ureña Ramos 
 

Y que Clarisa, acompañan en eterno, en libre vuelo, a su amado Fray Santiago allá dentro las tupidas selvas Santafereña. Y que, repetidamente, regresaban en manera clandestina, a la Capilla para llevar a término su empeño.
 
Aristides Ureña Ramos

Al atento visitador que actualmente visite la Capilla, observará la “mano divina y diversa” del retablo de la Pasión, que “algunos” en el intento de no recordar, llaman DE SANTO CRISTO, como también la mesa de altar con San Gabriel, en su visión apocalíptica del castigo terrenal (mesa colocada, después en el altar de las Animas por voluntad de un mecenate, conocedor de las “cosas” del triangulo de las brujas) así mismo, por do quier, la mano talladora  fruto del amor de Clarissa y Santiago.
Sobre todo Francisca “La Mística”, colocada bajo el Pulpito que llega a hablar, todavía, con las almas de profunda fe católica.

 
Aristides Ureña Ramos

Al terminar su relato, el respiro de mi Abuela, que se encontraba suspendida en el aire, se hace más profundo y asiduo, estaba regresando del trance-poco a poco- sus pies comienzan a tocar tierra, hasta que una tranquilla sonrisa, invade su rostro..la tensión que blocaba los presentes comienza a ceder el paso.
Aristides Ureña Ramos 
 Ya en pies y de frente a nosotros, inicia a danzar suavemente, despertando el tambor, ella murmuraba una sorda tonada, que gradualmente, alzando la voz, nos llegaba, siempre, más comprensible, con la inmediata participación de los presente --que imitaban su forma de bailar y marcaban el ritmo con las palmas de las manos y los versos del tamborito---quien bailaba, quien con gran alegría, trataba de aprender la tonada, que, como letanía, mi Abuela, repetía y cantando siempre más fuerte, desde lejos se comprendía, las palabras de la melodía, que así decía, Anunciando el próximo cuento:

 

SENOR ENCORBATAO, QUE VIENE DEL PALACIO DE LAS GARZAS

CORCOVEANDO SOBRE SAPO ENCILLAO, CANTANDO SUS ALABANZAS.

NO SE ADENTRE EN MI CERCAO, CON SU SAPO BOCA ABIERTO.

PORQUE ESTAMOS PREPARAO, PA APLASTAR SUS MALACRIANZAS.

 

 
Aristides Ureña Ramos


 

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