Aristides Ureña Ramos
“EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS”
Aristides Ureña ramos (2013)
Entre las
muchas frases que se han consolidado en la memoria colectiva, que repetida
muchas veces en manera “de autoridad afirmativa” , uniéndolas
a citaciones negativa “el
fin justifica los medios” bien atribuida a Macchiavello es uno de los
casos más clamorosos de falsedad.
ARISTIDES UREÑA RAMOS |
Y al bien observar, el concepto que ella expresa
tiene probablemente orígenes antiguas, por ejemplo en la Heroides de Ovido
donde se afirma: «exitus acta probat»
Pero la frase, aquí en análisis atribuida a Niccolò Macchiavello, no se
encuentra ni en el PRINCIPE ni en las
otras obras del autor, además no refleja su pensamiento, al contrario lo pervierte y distorsiona, al mismo modo como el adjetivo MAQUIAVELICO usado
siempre con claras connotaciones negativa.
Todavía hoy para algunos MAQUIAVELO (Macchiavello) sigue siendo un cínico
de la maldad, la hipocresía y el engaño organizado para lograr con cualquier
medio intereses lícitos o ilícitos personales....así viene admitido.. ¿Verdad?
Pero este
nunca fueron sus intenciones, ni nunca aplico a su propia vida.
Ese juicio oportunista que le viene atribuido
no corresponde a su vida. Si así hubiese sido, el ilustre Niccolo podría haber
hecho grandes fortunas y ser rico, en vez tuvo muchas dificultades económicas,
mal grado su actividad diplomática y política, muriendo en pobreza extrema.
Entonces, el
motivo que perpetuo ese error, nos lleva a la interpretación apresurada,
superficial o mal intencionada y mistificadora que algunos estudiosos han dado,
a proposito de unos paso del 18° capitulo del PRINCIPE que dice textualmente
asi: «...nelle azioni [...] massime de’ principi [...] si
guarda al fine.»
-En la acción---supremas del príncipe---se
mire al fin-
El “Fin” al que
tenemos que mirar, en la óptica Maquiavélica, es de naturaleza exclusivamente política
y consiste en la toma (alcanzar) del poder, en su mantenimiento y la solidez del Estado.
Únicamente a
tal propósito el príncipe debe saber «entrare nel male, necessitato»
(entrar en el mal necesario) ninguna acción, ni siquiera los más reprobable,
puede ser reprobada se mira a: «vincere
e mantenere lo stato»: «i mezzi saranno sempre ritenuti onorevoli e da
ciascuno laudati». (Vencer para mantener el Estado—los medios siempre
considerados honorables y por cada uno elogiados)
La estabilidad, la grandiosidad
y el prestigio del Estado asumen, por lo tanto, en el pensamiento
de lo NUESTRO, el valor de un ideal supremo y absoluto, de un mito en nombre
del cual todo se justifica.
Solo la FORTUNA (cap.25°) es capaz de impedir
la "virtud" del príncipe. Pero la suerte "es femenina"
y, como tal, ama a los jóvenes impetuoso que dominan a través de la violencia. («è
necessario [...] batterla e urtarla») (Es necesario golpearla y
derribarlas) analogía que a pesar de parecernos desagradable o por lo menos
discutible, expresa con inmediatez vigorosa el esfuerzo profundo del hombre renacimiento,
siempre y sin embargo “faber fortunae suae”. ("Artesano de su propia fortuna") de
la naturaleza humana. En practica en la metáfora se alude al derrocamiento del
poder del principado o del Estado.
En mis
preceptos, él insiste repetidamente que, no sería bueno «se gli uomini
fussino tutti buoni». (Si los hombres fueran todos buenos). En vez «nel
mondo non è se non vulgo» (en el mundo no son más que vulgar) los seres
humanos (cap.17o) «ingrati, volubili, simulatori e dissimulatori,
fuggitori de’ pericoli, cupidi di guadagno» (“ingratos, volubles, simuladores y
disimuladores, que escapan al peligro, codicioso
de ganancias"), listos a sostenerte en la buena suerte, a revolearse contra
la mala suerte. Y «sdimenticano più presto la morte del padre che la perdita
del patrimonio». (Olvidando rápidamente la muerte del Padre que la pérdida
del patrimonio).
Con tales súbditos,
el príncipe que quisiera «mantenere la fede e vivere con integrità e non con
astuzia», (mantener la fe y vivir con integridad y no con astucia), como ya que sería
"loable"(cap.18o), llevaría rápidamente a la ruina sí
mismo y el propio Estado.
Pero hay todavía cosas más interesantes, por
ejemplo en el capitulo (26) emerge con una fuerza tanto intensa cuanto
inesperada el sentimiento animador del tratado, en cual viene tendido una luz
toda nueva.
Lejos de ser
un examen frío de la “verdad de las cosas” o tanto meno un inmoral prontuario
de fechorías para uso y consumo de los Potentes, este nos revela el fruto del
dolor por la trágica condición de la Italia de aquellos tiempos- y de la esperanza
(reposada en la familia Medici) que ella, «sanza capo, sanza ordine;
battuta, spogliata, lacera, corsa», encuentre su salvación en la acción
decidida, sin prejuicios de un príncipe audaz y fuerte, capaz de liberarla del
odiosa dominio extranjero: «A ognuno
puzza questo barbaro dominio». ( A cada uno hiede este bárbaro dominio)
Macchiavello no reniega en el Príncipe su
convencido ideal republicano, del cual en el tratado Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio existen evidentes pruebas....la republica todavía
podrá renacer, según Macchiavello, solo después que el principado habrá puesto
las bases para su regeneración.
Y bien la famosa frase ““el fin justifica los medios” no
pertenece a Niccolò Macchiavello más bien es la suma de
una series de interpretaciones de un grande pensador moderno y humanista, que
con sus pensamientos estimulo el debate intelectual sobre la “cosa pública” y
la gestión del poder.
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