Arístides Ureña Ramos
Una nueva visión de Panamá
por Carol Damián
Arístides Ureña Ramos nació en Santiago de Veraguas 1954, Panamá, y actualmente vive y trabaja en Florencia, Italia.
Esta experiencia transcultural y los frecuentes viajes de regreso a su tierra natal han dado por resultado obras que exploran diversas formas de expresión artística y utilización de símbolos. Trabajando preferentemente en series y ciclos temáticos, Arístides crea una nueva visión del mundo que lo rodea, especialmente de Panamá, desde la perspectiva de un artista y un intelectual que vive dos situaciones muy distintas.
Italia y Panamá tienen historias y tradiciones artísticas notablemente diferentes. Influido por los muralistas, pintores, escultores y diseñadores italianos y por las tradiciones de Italia, Arístides aporta su propia experiencia estética de los trópicos para crear un mestizaje plástico en murales, pinturas, dibujos, instalaciones y performances.
Son sus pinturas, enmarcadas por los elementos simbólicos que distinguen a un lenguaje pictórico único, las que representan más acabadamente su enfoque particularmente inventivo. Cada composición incluye una multitud de referencias basadas en imágenes, objetos y signos de diversas culturas: la de los indígenas americanos, el Renacimiento italiano, las Antillas africanas, el barroco del Nuevo Mundo y el Pop contemporáneo.
Arístides representa visualmente su propia interpretación de estos distintos elementos artísticos combinándolos con un extraño comentario surrealista sobre los legados culturales e históricos de Europa en los trópicos y de los trópicos en Europa.
Mientras que Arístides utiliza su arte para proponer nexos culturales, también pone al descubierto las dicotomías evidentes en dicha diversidad por medio de abruptas inclusiones de referencias tales como modernos iconos culturales (Marilyn Monroe, una zapatilla Nike, el logotipo de Del Monte) junto a ángeles renacentistas y la flora y fauna de Panamá, entre otros.
Ciertos símbolos de los que se ha apropiado, tomándolos de las leyendas, la religión, la historia del arte y otras fuentes locales y que ha incorporado bajo una apariencia estética que en su conjunto recuerda el lujoso damasco, la porcelana, los murales florentinos y los ornamentos barrocos, reaparecen en todas sus series.
Mientras que las primeras impresiones pueden centrarse en la belleza de los colores y diseños de sus composiciones, la realidad es que cada obra, al ser examinada en mayor profundidad, transmite sorprendentes contrastes por medio de intensas narraciones que remiten a la mitología clásica y los ángeles del Renacimiento en medio de subconjuntos panameños basados en la tradición oral y en leyendas indígenas que aún florecen en el país en la actualidad.
El escenario tropical repleto de bananas, monos, mariposas y aves es también el fondo de la parodia histórica. La reducción catastrófica de las poblaciones originarias, la imposición del colonialismo y el imperialismo norteamericano, el ultraje de la esclavitud y el impacto del Canal de Panamá sitúan a la belleza natural en una nueva realidad, y símbolos como las mariposas, los reptiles y las aves adquieren una nueva definición.
Fue estando fuera, en Italia, que Arístides vio las contradicciones de América Latina y tomó conciencia de que eran aplicables a un vasto territorio más allá de la pequeña aldea de su infancia. Este elemento de toma de conciencia puede contribuir a explicar las disparidades visuales que se encuentran en sus obras lo viejo y lo nuevo, la belleza y la fealdad, iconos tradicionales y símbolos de modernidad.
Sus incorporaciones basadas en el Pop Art introducen a la historia en el mundo contemporáneo con una sacudida, del mismo modo que el simbolismo repetitivo que encontramos en los marcos de sus obras despierta recuerdos de un rico pasado. Las combinaciones son representaciones emblemáticas del sincretismo de las Américas con referencia a su fantasía, su realidad, su crueldad y su belleza, y Arístides domina toda esta complejidad.
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