viernes, 15 de julio de 2011

EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL NORMALISTA -ARISTIDES UREÑA RAMOS

LA GESTA DE MAYO DE 1958 Y SU IMPACTO EN EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL NORMALISTA

ROLANDO MURGAS TORRAZZA

     En el año 1957 un grupo de estudiantes normalistas, encabezados por POLIDORO PINZON, héroe revolucionario de vocación y arrojo incomparables, nos dimos a la tarea de reorganizar a la gloriosa Asociación Federada de la Escuela Normal (AFEN).

      De ese grupo inicial hacían parte, entre otros, mi hermano RODOLFO MURGAS TORRAZZA, el guerrillero olvidado, AUGUSTO FÁBREGA DONADO, JOSÉ MANUEL BAYARD LERMA, ORESTES QUINTANA, EURIBÍADES HERRERA, EXEQUÍAS VARGAS, CÉSAR MANFREDO, CARMEN MERCEDES CARRIZO, PANAMÁ SOLÍS, NELLY ALVARADO, CARMEN CECILIA GONZÁLEZ, JOSÉ ANTONIO SANJUR (Chivo Sanjur) y otros. 

    Logramos rescatar los Estatutos de la AFEN, así como su Himno, que años atrás había compuesto ANDRÉS CANTILLO, luego Secretario General de la FEP, cuyas estrofas han quedado grabadas para siempre en mi memoria racional y emocional (“Como los cóndores, como las águilas, levantaremos vuelo feliz...”). Obtuvimos del Director de la Normal la entrega del viejo e histórico local de la AFEN.  Hicimos un acto en el Aula Máxima, con ocasión de un aniversario del 12 de diciembre, en el cual buena parte de nuestros mensajes fueron inspirados o citados de la Tolda Gitana de MANUEL CELESTINO GONZÁLEZ (Gonzalito). Rendimos en ese acto homenaje a ARISTIDES UREÑA (“El Líder”), quien había portado la bandera nacional en la manifestación del 12 de diciembre de1947 en Panamá.


Entrega de la Bandera ensangrentada, del 12 de Diciembre 1947,
por ARISTIDES UREÑA ATENCIO.


    Todavía en la escuela primaria, había seguido con la muchachada del pueblo (entre ellos Ernesto “Meque” Núñez) los actos de la AFEN, para el 12 de diciembre de 1947, fecha hoy escondida para las nuevas generaciones y que prácticamente nadie sale en cada aniversario a darle el valor histórico que se merece; en la huelga cuando se quería destituir al Director Vicente Bayard; y, sobre todo, en la gesta de 1952, cuando todo el pueblo, con una huelga general, se organizó para defender la integridad de la Escuela Normal. Para los santiagueños que en 1957 estábamos en la Normal, la AFEN y sus gestas como parte de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP), era un punto de referencia que calaba muy dentro de nosotros.
    
     En las elecciones celebradas para la Junta Directiva de la AFEN, nuestra nómina, encabezada como Secretario General por POLIDORO PINZÓN, ganó abrumadoramente la elección, frente a una nómina integrada fundamentalmente por compañeros de VI año. A mi me correspondió el cargo de Secretario de Organización.

     Simultáneamente a la reorganización de la AFEN, que se dio por impulso propio y liderazgo de POLIDORO, en Panamá se estaba reorganizando a la Federación de Estudiantes de Panamá, duramente golpeada por el remonato y el mackartismo. Cuando ya nosotros teníamos la AFEN en marcha, vinieron compañeros de Panamá, que fueron igualmente a otros colegios del interior.  Entre ellos, recuerdo a FLOYD BRITTON, EDUARDO SANTOS BLANCO, PEDRO RIVERA, ABRAHAM BELL, los hermanos MASS.  Más adelante, nos visitaron, entre otros, VIRGINIA RAMÍREZ (dirigente de la Escuela Profesional) y el infortunado “TEJADITA”.

     Entramos en contacto con otros dirigentes del interior, como SERGIO PÉREZ SAAVEDRA, en Chitré; ODILIO GONZÁLEZ, en Aguadulce; y ROLANDO JARAMILLO, en Divisa.

     POLIDORO nos orientó desde el principio hacia la lucha por la defensa de los campesinos.  De allí que tuviéramos acciones de solidaridad con los campesinos de la “tierra de los muertos”, en las cercanías del Anón, camino a San Francisco; y con los del Sur de Veraguas en su lucha contra la “COCONÚA” (BOSTON COCO NUT COMPANY), que tenía miles de hectáreas en esa área.  Muchas organizaciones confluyeron en un gran acto solidario que se desarrolló en el inolvidable Teatro María Luisa.

     POLIDORO PINZÓN nos representó en el Congreso que celebró la FEP en Panamá.

     POLIDORO estaba igualmente en Panamá cuando se da la gran manifestación estudiantil del 19 de mayo de 1958, duramente reprimida con saldo de la muerte del estudiante del Artes y Oficios JOSÉ MANUEL ARAÚZ.  Esto desencadenó múltiples protestas estudiantiles y populares, con su punto culminante el 22 de mayo, todo lo cual generó un saldo de muertos y heridos de bala.  Haber seguido un mal consejo de sus asesores, representó para ERNESTO DE LA GUARDIA JR., una enemistad insalvable con la generación estudiantil de ese entonces, que se proyectó hasta años después.

     Al tener noticias de lo ocurrido, los normalistas nos organizamos de diversas maneras.  Impedimos el paso por el puente del río Cuvíbora, a la salida de Santiago, de los buses y chivas que, por órdenes de la Directora de la Normal, BERTA ARANGO, se llevaban a las internas a sus respectivos lugares de procedencia.  Hicimos mítines en la histórica y emblemática “Placita”, escenario de graduación para los aspirantes a revolucionarios veragüenses.  Nos tomamos día y noche la Escuela, con turnos y relevos.

    Se dieron incidentes con el paso de los policías por el perímetro exterior de la Normal.  Las internas nos alertaban de cualquier movimiento sospechoso.  Hubo muchas falsas alarmas, que contribuían, no obstante, a darnos firmeza.  Recuerdo que una noche Chivo Sanjur le tiró una molotov, a un jeep de la Policía que pasó por la calle entre el Internado de varones y la entrada principal de la Normal.  Afortunadamente, la molotov no explotó, a pesar de impactar al jeep.

     El Cuartel de Santiago, dirigido por el Capitán SANTOS RÍOS, fue reforzado.  Incluso se envió primero al Mayor MATA y luego a un Mayor que venía de uno de los cuarteles de Azuero.

     Todavía me parece increíble que en una reunión en el Cuartel de la Policía, con la presencia de FLOYD BRITTON y EDUARDO SANTOS BLANCO por la FEP y AUGUSTO FÁBREGA, JOSÉ MANUEL BAYARD y mi persona, logramos la creación de una suerte de “zona desmilitarizada”, que comprendía todas las calles que rodeaban la Normal, por las cuales la Policía se comprometía a que sus miembros no transitarían ni a pié ni en autos.  Como una “concesión” de parte nuestra, aceptamos que los Policías que vivían por las áreas cercanas, podían transitar individualmente cuando se dirigían a su trabajo o regresaban a sus casas. Mirando atrás en el tiempo, me parece increíble que unos jóvenes, menores de edad, hubiésemos arrancado semejante compromiso a la Policía Nacional, la misma que  había estado masacrando compañeros en la ciudad de Panamá. Sólo éramos unos cuantos muchachos que logramos algo sin precedentes, que debe quedar registrado en la Historia del movimiento estudiantil panameño.  Como único antecedente, me permito citar lo ocurrido durante la gran huelga popular de 1952, que unió a todo el pueblo de Santiago, en la cual la Emisora Ondas Centrales, propiedad de don HÉCTOR SANTACOLOMA y bastión de la protesta, era custodiada por las “Milicias Populares”, que impedían la llegada o el paso de la Policía.

    Cuando finalmente regresó POLIDORO, le organizamos un recibimiento en el puente del Cuvíbora, a la entrada de Santiago.

    Luego de los hechos de mayo de 1958, se gestaba para octubre un movimiento insurreccional, preludio del Tute.

    Había amenazas de expulsión para la dirigencia de la AFEN, así como de medidas represivas. PITO MURGAS, mi padre, ofrece su casa en Tolé para proteger a la dirigencia y hasta negocia con Berta Arango al respecto.

    Así nos lleva hasta Tolé y alquila un cuarto de Carlitos Rosas, cerca de la casa donde vivía para entonces la familia MURGAS TORRAZZA (salvo mi hermano FULO y yo, que estudiábamos en la Normal).  Fuimos AUGUSTO FÁBREGA, CÉSAR MANFREDO, creo que BAYARD LERMA y no recuerdo si ORESTES QUINTANA. A Bayard y a Orestes, que estaban conmigo en el último año de la Normal, les cortaron las becas que tenían y yo los alojé en la parte de arriba de nuestra casa en Santiago, donde estaba con mi hermano FULO. La señora DIVA DE VALDERRAMA, por un tiempo, les dio apoyo con la comida. A mí no me tocaron una beca que tenía desde V año, obtenida en los concursos que el Ministerio abría.  Debió ser por el peso de PITO MURGAS.

     Los compañeros se fueron regresando para Santiago y yo me quedé con la familia en Tolé por unos días adicionales, por decisión de PITO.  Para entonces, la FEP  había declarado una huelga. Un día llegó un telegrama de una señora, humilde, amiga de mi madre Celmira, quien nos había pedido que la alojáramos en la aparte de arriba de la casa. A cambio, ella nos limpiaba la casa. El telegrama decía MALAS NOTICIAS RECIBIRÁ ROLANDO”.  PITO interpretó que me iban a detener y armó una operación de refugio en Guabino, un lugar más alto que Tolé.  Me dio dos cartas para sendas familias  de allá.  Me asignó como guía y escolta a JOSÉ DE LA PAZ DE GRACIA, amigo inseparable y solidario desde entonces y hasta la fecha. A la partida me dijo que como los policías en la gorra tenían una reproducción en metal del escudo nacional, el brillo del mismo por el sol los delataría si luego iban a buscarme a Guabino, que estuviéramos pendientes. Salí en un caballito de Pablito Álvarez, que es de los mejores que he montado en mi vida. Entregamos la primera nota y seguimos donde la otra familia, que fue donde finalmente nos quedamos. Se trataba de la familia ORTIZ.  Cuando fuimos a avisarle a la primera familia, ya nos tenían alojamiento y cena, pero optamos por quedarnos con la familia ORTIZ.  Al día siguiente llegó un mensajero de PITO diciendo que regresáramos, pues las malas noticias eran que me iban a expulsar de la Normal, junto con los demás directivos de la AFEN. Regresé a Santiago. Yo recuerdo que pronuncié un discurso en el Aula Máxima, que impresionó mucho a mi amigo Carlín León.  En esa asamblea estuvo Floyd Britton.

   En la casa nuestra en Santiago, en la parte de arriba donde nos alojábamos mi hermano FULO, héroe olvidado del Tute, se alojaron FLOYD BRITTON y EDUARDO SANTOS BLANCO.  A GIRÓN lo conocí en casa de POLIDORO, el día en que, de noche y apresuradamente, les llevé las armas que teníamos escondidas arriba del cielo raso del baño de nuestra casa. No eran muchas, pero al final terminaron en el Tute. Esto será parte de otro relato.

   Vielka, la hija del Capitán Ríos, era mi compañera de estudios en la Normal y sus hermanos eran nuestros amigos.

    JORGE HERRERA y QUILLA (LUIS FELIPE FERDÍNEZ Jr.) fueron siempre protagonistas de apoyo revolucionario.  Yo recuerdo cuando una noche fuimos a llevar a POLIDORO, que estaba siendo buscado, desde la casa de JORGE HERRERA a la de ANÍBAL APONTE, mi compañero de estudios, prematuramente fallecido (enfrente de la cocina de la Normal en Calle 8ª), en la casa de cuya familia permaneció un tiempo escondido.  JORGE HERRERA fue parte importante del operativo de protección a POLIDORO.

      El hogar de la familia de POLIDORO, dirigido por la admirada Doña CÁNDIDA, fue punto frecuente de encuentro de nuestro grupo, donde siempre fuimos recibidos con cordialidad y solidaridad.  Una de las hermanas de POLIDORO, BERTA PINZÓN fue mi compañera de estudios en la Normal y años después me dispensó el honor de hacerme padrino de su hermosa hija TATIANA, a quien me ha ligado siempre un cariño prácticamente paternal.  Ha sido una forma de mantener vivo el ligamen que tuve, al igual que mis otros compañeros, con nuestro dirigente POLIDORO PINZÓN y su apreciada familia.


ROLANDO MURGAS TORRAZZA

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