ARISTIDES UREÑA RAMOS
-¿Celebrar el día de la inauguración de la ampliación del Canal o la fiesta de los patriotas?-
Yo un resentido social
ARISTIDES UREÑA RAMOS
Detalle de obra: 26 de junio del 2016 sobre el ampliamiento del Canal
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Tal vez no este solo, tantos como yo viven mis íntimos pensamientos…porque si es verdad, hoy domingo 26 de junio es un día que debemos celebrar, pero algo incomoda mi alegría, sé que no debo externalizar mis dudas, porque no son muy claras y no logro poner orden a mis pensamientos.
Aquellos nacidos entorno a los años 1950 , que vivieron la presión social, de muchos paisanos que sostenían y defendía la ocupación militar americana en suelo istmeño, aquellos adolecentes que como yo, tenían que aguantar las lágrimas, callar la rabia por la defensa a la actitud familiar defensoras de un incansable sueño, el ver ondular la bandera panameña en un territorio libre y soberano, posición que muchos no compartían, ni querían aceptar, porque eran muchos los panameños que trataban dicho argumentos con mucha indiferencia…pues nuestra soberanía eran arista cortante en la utopía de una zona canalera, que muchos juraban conquistar con sangre y cárcel, para que fuera la casa de todos los panameños sin distinción alguna, ni de credo ni de raza. Pues en verdad los hijos de estos patriotas venían sellados como los hijos de los ñangaras, marcados como izquierdista, resentidos sociales o comunistas.
Pues, en verdad yo, en mi confundida intimidad prefería tildarme como “un resentido social”, porque endosar las otras resultaba demasiada dolorosa paras relacionarme con todos las demás personas.
Allí en alto, al centro de la casa de mis padres siempre estuvo una grande foto, con la imagen del Corazón de Jesús, con un resplandeciente rosario de plástica color azul, también una pequeña bandera tricolor y un viejo recorte de periódico, pegado con tachuelas, donde mi padre llevaba la bandera en las manifestaciones de reivindicaciones en el rechazo del Convenio Filós Hines del 12 de diciembre 1947; mi padre fue herido de bala, cuyo proyectil fue removido solo en los años 1976, le fueron otorgado varias condecoraciones, pero el olvido se llevó su lucha, y hoy nadie ya recuerda su hazaña épica… pero para mí de él, se quedaron enclavados varios recuerdos, el escapulario que llevaba atravesado en su pecho, con la imagen de mi Padre Jesús de Nazareno de Atalaya, su manera de vivir la fe en Dios y el compromiso con la Patria, sus palabras apasionadas sobre la Zona Canalera y el sueño ilusionado que ese lugar seria la casa de todos los panameños, que la grande Patria unificada seria el edén sagrado para todos los panameños …y eso me alegraba el corazón y para ese entonces aliviaba me peso de ser un resentido social.
Entonces fue la celebración.
Pues, no pude, no quise, me fue difícil ir a la celebración de la entrega de la ampliación del Canal, pese a tener la invitación de parte de la Presidencia de la Republica…no sabría decir claramente los motivos de mi decisión, pero muchas veces seguimos inertes que los acontecimientos decidan por nosotros, pues decidimos junto a mi esposa en irnos a pasear con la familia, tal vez yo temía a la cobardía de mis resentimientos en un lugar donde me resultaría lejana el sentimiento sincero de aquellos que pagaron con lágrimas, cárcel, sangre tan maravillosa y sincera historia patria…una percepción que en verdad me incomodaba y me perturbaba sutilmente, porque remarcaba la cruz que muchos llevamos encima y por ende seguir sintiéndonos unos resentidos sociales…. que paradójicamente seguimos convencidos en que tal celebración se debían festejar, con el júbilo de un pueblo orgulloso que lucho fieramente por conquistar tal soberanía y ha demostrado al mundo de ser capaz a cumplir con la sagaz decisión de ser promotores de su propio destino…pero ese día me fui a reposar, en un escondido rio caudaloso por los lares de las montañas de Chame.
Al regresar a mi casa en esa tarde, puse la televisión, y coincidí en ese preciso instante cuando nuestro mandatario hablaba, y emotivamente compartí ciertas preocupaciones que el externalizaba, y hasta un cierto momento creí que Varela haría la historia en Panamá, que iba a marcar un hecho histórico, cuando en su discurso, se paró momentáneamente e inicio hablar sobre su contrariedad en el referendo sobre la ampliación, allí pensé que diría al pueblo panameño, que la había cagado (en buen panameño), que se había equivocado en el referendo, que su posición era equivocada….en vez no, nada, mi Presidente perdió la ocasión de entrar a la historia, de ganarse la simpatía y tal vez el apoyo de los muchos sinceros panameños, porque nos daría una grande lección de humildad, debido a que reconocer su falta, lo haría más humanos, más cerca de todos nosotros. En vez no fue así, Varela hablo de trasparencia en la gestión y demás, poniéndose otra soga al cuello, porque detrás de toda esta gestión existen muchas zonas oscuras que tendrán que ser aclarada…..y de esa trasparencia somos muchos los resentidos sociales que esperamos claridad.
Pero ese es mi Presidente, el que la mayoría de panameño pusieron muchas esperanza y siguen esperando muchas respuestas. Confieso que mi estima dictada por la comprensión de la responsabilidad de ocupar tan gravosa carga es firme, debido a que satisfacer la más disparatadas pedidas de aceptación a tan importante evento era difícil: peticiones que iban desde los pueblos originarios, los del manguito verde, los del tamarindo amargo, los de colores azules, los de la religiones Pao Pao, los arzobispo con voz de maricas, los de origen africana y china, y demás descabezada peticiones eran prerrogativas que esta batallera sociedad, tendida a la especulación, pudieron monopolizar.
Yo como un resentido social, me siento cercano a mi presidente, porque de verdad existen metas difíciles de consentir, quedando claro que estas descabezadas peticiones, nos alejaban de los verdaderos principios, que debían focalizar dicha celebración, pero que nuestro mandatario no puso en buena luz.
Al seguir el espectáculo ya no pude más, porque la vergüenza de este resentido social tiene un límite… tenemos una música criolla, panameña de alto nivel, nuestro socavón interiorano, nuestra mejorana, no hay rincón de esta nación que no exprese identidad y orgullo de ser patria…en vez tuve que cerrar la televisión al ver el horrible espectáculo en tan importante manifestación, ¡qué vergüenza! …cerré mi televisión.
Cansado me puse a pintar mi 26 de junio del 2016, aquella casa de todos los panameños, aquel sueño feliz de un Canal de todos, el territorio revertido para todos los panameños, me refugie en mi tela y pinte mi celebración, fue así que me aísle imaginándome mi celebración, y la cual tela les dedico aquí en un video, con la esperanza que lo puedan apreciar.
Aquellos nacidos entorno a los años 1950 , que vivieron la presión social, de muchos paisanos que sostenían y defendía la ocupación militar americana en suelo istmeño, aquellos adolecentes que como yo, tenían que aguantar las lágrimas, callar la rabia por la defensa a la actitud familiar defensoras de un incansable sueño, el ver ondular la bandera panameña en un territorio libre y soberano, posición que muchos no compartían, ni querían aceptar, porque eran muchos los panameños que trataban dicho argumentos con mucha indiferencia…pues nuestra soberanía eran arista cortante en la utopía de una zona canalera, que muchos juraban conquistar con sangre y cárcel, para que fuera la casa de todos los panameños sin distinción alguna, ni de credo ni de raza. Pues en verdad los hijos de estos patriotas venían sellados como los hijos de los ñangaras, marcados como izquierdista, resentidos sociales o comunistas.
Pues, en verdad yo, en mi confundida intimidad prefería tildarme como “un resentido social”, porque endosar las otras resultaba demasiada dolorosa paras relacionarme con todos las demás personas.
Allí en alto, al centro de la casa de mis padres siempre estuvo una grande foto, con la imagen del Corazón de Jesús, con un resplandeciente rosario de plástica color azul, también una pequeña bandera tricolor y un viejo recorte de periódico, pegado con tachuelas, donde mi padre llevaba la bandera en las manifestaciones de reivindicaciones en el rechazo del Convenio Filós Hines del 12 de diciembre 1947; mi padre fue herido de bala, cuyo proyectil fue removido solo en los años 1976, le fueron otorgado varias condecoraciones, pero el olvido se llevó su lucha, y hoy nadie ya recuerda su hazaña épica… pero para mí de él, se quedaron enclavados varios recuerdos, el escapulario que llevaba atravesado en su pecho, con la imagen de mi Padre Jesús de Nazareno de Atalaya, su manera de vivir la fe en Dios y el compromiso con la Patria, sus palabras apasionadas sobre la Zona Canalera y el sueño ilusionado que ese lugar seria la casa de todos los panameños, que la grande Patria unificada seria el edén sagrado para todos los panameños …y eso me alegraba el corazón y para ese entonces aliviaba me peso de ser un resentido social.
Entonces fue la celebración.
Pues, no pude, no quise, me fue difícil ir a la celebración de la entrega de la ampliación del Canal, pese a tener la invitación de parte de la Presidencia de la Republica…no sabría decir claramente los motivos de mi decisión, pero muchas veces seguimos inertes que los acontecimientos decidan por nosotros, pues decidimos junto a mi esposa en irnos a pasear con la familia, tal vez yo temía a la cobardía de mis resentimientos en un lugar donde me resultaría lejana el sentimiento sincero de aquellos que pagaron con lágrimas, cárcel, sangre tan maravillosa y sincera historia patria…una percepción que en verdad me incomodaba y me perturbaba sutilmente, porque remarcaba la cruz que muchos llevamos encima y por ende seguir sintiéndonos unos resentidos sociales…. que paradójicamente seguimos convencidos en que tal celebración se debían festejar, con el júbilo de un pueblo orgulloso que lucho fieramente por conquistar tal soberanía y ha demostrado al mundo de ser capaz a cumplir con la sagaz decisión de ser promotores de su propio destino…pero ese día me fui a reposar, en un escondido rio caudaloso por los lares de las montañas de Chame.
Al regresar a mi casa en esa tarde, puse la televisión, y coincidí en ese preciso instante cuando nuestro mandatario hablaba, y emotivamente compartí ciertas preocupaciones que el externalizaba, y hasta un cierto momento creí que Varela haría la historia en Panamá, que iba a marcar un hecho histórico, cuando en su discurso, se paró momentáneamente e inicio hablar sobre su contrariedad en el referendo sobre la ampliación, allí pensé que diría al pueblo panameño, que la había cagado (en buen panameño), que se había equivocado en el referendo, que su posición era equivocada….en vez no, nada, mi Presidente perdió la ocasión de entrar a la historia, de ganarse la simpatía y tal vez el apoyo de los muchos sinceros panameños, porque nos daría una grande lección de humildad, debido a que reconocer su falta, lo haría más humanos, más cerca de todos nosotros. En vez no fue así, Varela hablo de trasparencia en la gestión y demás, poniéndose otra soga al cuello, porque detrás de toda esta gestión existen muchas zonas oscuras que tendrán que ser aclarada…..y de esa trasparencia somos muchos los resentidos sociales que esperamos claridad.
Pero ese es mi Presidente, el que la mayoría de panameño pusieron muchas esperanza y siguen esperando muchas respuestas. Confieso que mi estima dictada por la comprensión de la responsabilidad de ocupar tan gravosa carga es firme, debido a que satisfacer la más disparatadas pedidas de aceptación a tan importante evento era difícil: peticiones que iban desde los pueblos originarios, los del manguito verde, los del tamarindo amargo, los de colores azules, los de la religiones Pao Pao, los arzobispo con voz de maricas, los de origen africana y china, y demás descabezada peticiones eran prerrogativas que esta batallera sociedad, tendida a la especulación, pudieron monopolizar.
Yo como un resentido social, me siento cercano a mi presidente, porque de verdad existen metas difíciles de consentir, quedando claro que estas descabezadas peticiones, nos alejaban de los verdaderos principios, que debían focalizar dicha celebración, pero que nuestro mandatario no puso en buena luz.
Al seguir el espectáculo ya no pude más, porque la vergüenza de este resentido social tiene un límite… tenemos una música criolla, panameña de alto nivel, nuestro socavón interiorano, nuestra mejorana, no hay rincón de esta nación que no exprese identidad y orgullo de ser patria…en vez tuve que cerrar la televisión al ver el horrible espectáculo en tan importante manifestación, ¡qué vergüenza! …cerré mi televisión.
Cansado me puse a pintar mi 26 de junio del 2016, aquella casa de todos los panameños, aquel sueño feliz de un Canal de todos, el territorio revertido para todos los panameños, me refugie en mi tela y pinte mi celebración, fue así que me aísle imaginándome mi celebración, y la cual tela les dedico aquí en un video, con la esperanza que lo puedan apreciar.
ARISTIDES UREÑA RAMOS
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Titulo: "26 de junio 2016"
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