12 de diciembre de 1947
por DAVID ACOSTA
DAVID ACOSTA
Publicado por EL SIGLO
El 12 de diciembre se cumple una fecha más de aquel 12 de diciembre de 1947, cuando los estudiantes panameños, junto al pueblo, gritaron a todo pulmón ‘no más bases militares ni más traiciones a la Patria’. Por tal motivo haremos referencia en este artículo a algunos fragmentos del doctor Rómulo Escobar Bethancourt, jefe negociador de los Tratados Torrijos-Carter y quien ayuda a Omar, con sus consejos y experiencias, a realizar un gobierno patriótico y popular. Su testimonio de los hechos que se dieron con el rechazo al convenio Filós-Hines aparece en mi libro Influencia Decisiva de la Opinión Pública en el Rechazo del Convenio Filós-Hines de 1947, obra evaluada y aprobada para todo el sistema educativo. Ahora, parte de su relato.
‘Para dar la alarma frente a la firma del pacto y la aprobación posterior del mismo por la Asamblea Nacional, nuestro grupo decidió comisionarte a ti, David, para que tocaras la campana del Instituto Nacional, plantel en el cual todos estudiábamos, para iniciar así la manifestación. Recuerdo que el entonces rector de ese colegio, el doctor Rafael Moscote, nos reprendió duramente por esa actitud que estimó ‘irrespetuosa hacia las altas autoridades del plantel’. Pero la decisión de todo el colegio, ya reunido en el vestíbulo, forzó las circunstancias y en cuestión de segundos quedamos en la calle. La Policía nos esperaba en la calle I, al lado del restaurante Parado, pero nada de eso nos amedrentó. Por el contrario, eso contribuyó a exacerbar los ánimos. De inmediato tuvimos el apoyo irrestricto del pueblo y con la bandera panameña por delante avanzamos con decisión y coraje. El primer enfrentamiento y nuestro propósito firme hizo replegarse a la guardia y pudimos ganar así la avenida Central.
Elementos del pueblo comenzaron a unirse y prontamente la manifestación sumó miles de personas, entre estudiantes y trabajadores. Cerca de Santa Ana, la Policía arremetió contra nosotros. Y sable en mano, comenzó a sacudir este contra los manifestantes. De los balcones comenzaron a caer botellas, palos, piedras y potes de planta contra la Policía. Para avanzar tuvimos que dispersarnos por las calles vecinas y así nos encontramos nuevamente, el grueso de la manifestación, frente al atrio de La Merced y de allí continuamos hacia la Plaza de la Independencia para seguir luego hacia la Plaza de Francia, donde laboraba la Asamblea Nacional’.
Otro fragmento ‘La lucha no ha terminado, amigo Acosta. Todavía falta mucho por hacer, pero así como a mí me sirvió de estímulo la jornada de diciembre de 1947, y los sucesos de 1964, confío en que estas gestas históricas contribuyan a lograr un clima de unidad entre todos los panameños, sin distingos de banderas políticas, para que hagamos una realidad tangible la descolonización de Panamá y la liberación definitiva de nuestra República. Muchas gracias, nuevamente, compañero Acosta’.
EL AUTOR ES DOCENTE UNIVERSITARIO
‘Para dar la alarma frente a la firma del pacto y la aprobación posterior del mismo por la Asamblea Nacional, nuestro grupo decidió comisionarte a ti, David, para que tocaras la campana del Instituto Nacional, plantel en el cual todos estudiábamos, para iniciar así la manifestación. Recuerdo que el entonces rector de ese colegio, el doctor Rafael Moscote, nos reprendió duramente por esa actitud que estimó ‘irrespetuosa hacia las altas autoridades del plantel’. Pero la decisión de todo el colegio, ya reunido en el vestíbulo, forzó las circunstancias y en cuestión de segundos quedamos en la calle. La Policía nos esperaba en la calle I, al lado del restaurante Parado, pero nada de eso nos amedrentó. Por el contrario, eso contribuyó a exacerbar los ánimos. De inmediato tuvimos el apoyo irrestricto del pueblo y con la bandera panameña por delante avanzamos con decisión y coraje. El primer enfrentamiento y nuestro propósito firme hizo replegarse a la guardia y pudimos ganar así la avenida Central.
Elementos del pueblo comenzaron a unirse y prontamente la manifestación sumó miles de personas, entre estudiantes y trabajadores. Cerca de Santa Ana, la Policía arremetió contra nosotros. Y sable en mano, comenzó a sacudir este contra los manifestantes. De los balcones comenzaron a caer botellas, palos, piedras y potes de planta contra la Policía. Para avanzar tuvimos que dispersarnos por las calles vecinas y así nos encontramos nuevamente, el grueso de la manifestación, frente al atrio de La Merced y de allí continuamos hacia la Plaza de la Independencia para seguir luego hacia la Plaza de Francia, donde laboraba la Asamblea Nacional’.
Otro fragmento ‘La lucha no ha terminado, amigo Acosta. Todavía falta mucho por hacer, pero así como a mí me sirvió de estímulo la jornada de diciembre de 1947, y los sucesos de 1964, confío en que estas gestas históricas contribuyan a lograr un clima de unidad entre todos los panameños, sin distingos de banderas políticas, para que hagamos una realidad tangible la descolonización de Panamá y la liberación definitiva de nuestra República. Muchas gracias, nuevamente, compañero Acosta’.
EL AUTOR ES DOCENTE UNIVERSITARIO
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